Amada mía:
A veces me sorprendes cuando te miro, cuando me quedo fascinado mirando tu rostro, cuando mientras me hablas me quedo absorto viendo el movimiento de tus labios, también cuando oras y me envuelves con tu voz suave, me quedo mirando esos labios que me hipnotizan. Me sorprendes cuando, sin darme cuenta, me quedo perdido en tu mirada, sumergido en tus ojos, y tienes que despertarme de ese hechizo.
Te miro y veo ternura, me haces recordar lo que es la dulzura, lo que es la belleza. Te miro y me quedo paralizado en el espejo de tu mirada. Te miro y gozo al mirarte.
Sé que no dejo de mirarte, que incluso me excedo en mirarte. Pero tú sabes que te amo, que todo es admiración, y que a la vez te miro para darte gracias. Gracias por haberme elegido, gracias por estar a mi lado. Gracias por amarme y por permitirme amarte.
Te miro con incredulidad porque a veces pienso que no te merezco, pero sabes que lucho cada día por conseguirlo.
Te amo, y al mirarte el amor aumenta, te quiero, y no puedo dejar de mirarte.
Amor mío, si me algún día me prohíbes mirarte me condenarás a la tristeza infinita, porque mirarte es mi sueño e incluso mirarte es mi religión.
Mirarte, ¿cómo no mirarte?, si poder mirarte es un sueño cumplido, si mirarte es agradecerte, si mirarte es seguir soñando.
Te miro, y con esto sabrás que cuando te miro te digo que te amo con la mirada, te digo gracias por corresponderme y me despido hasta la nueva mirada... que no tardará más de un segundo.
Te miro y jamás dejaré de mirarte mientras viva.
Sé que no dejo de mirarte, que incluso me excedo en mirarte. Pero tú sabes que te amo, que todo es admiración, y que a la vez te miro para darte gracias. Gracias por haberme elegido, gracias por estar a mi lado. Gracias por amarme y por permitirme amarte.
Te miro con incredulidad porque a veces pienso que no te merezco, pero sabes que lucho cada día por conseguirlo.
Te amo, y al mirarte el amor aumenta, te quiero, y no puedo dejar de mirarte.
Amor mío, si me algún día me prohíbes mirarte me condenarás a la tristeza infinita, porque mirarte es mi sueño e incluso mirarte es mi religión.
Mirarte, ¿cómo no mirarte?, si poder mirarte es un sueño cumplido, si mirarte es agradecerte, si mirarte es seguir soñando.
Te miro, y con esto sabrás que cuando te miro te digo que te amo con la mirada, te digo gracias por corresponderme y me despido hasta la nueva mirada... que no tardará más de un segundo.
Te miro y jamás dejaré de mirarte mientras viva.
Mi Esposa, mi Amiga y mi Amante, siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestro. Te amo.
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