Te pienso noche y día, en todo momento, te deseo con ternura ardiendo, deseando besar tu boca, beber tu aliento.
Desordenado, perdido, casi loco, busco tu boca, me pierdo desquiciado entre tus brazos, en una febril pasión.
Desvelado, hambriento de tu cuerpo, atravieso las fronteras del exceso por tu amor y caigo en el abismo de tu sexo.
Te imagino desnuda, vibrado entre mis brazos, recorriendo tu cuerpo, hurgando tus más íntimos rincones, tomando tu flor entre mis labios, pétalo de rosa abriéndose de pasión ardiendo en una noche eterna, noche de sábanas blancas mojadas, de licores derramados de pasiones y amores, de sudores que se mezclan, de gemidos que se confunden.
Me embeleso bebiendo tu dulzura, me emborracho de tu esencia derramada, nos mordemos como a frutas ya maduras y me quedo extasiado sobre tu pelvis, agotados ambos, engarzados uno en otro.
¡Oh, mi dulce Ade, luz de mis ojos! Mi vida entera cambiaría por una sola noche de amor contigo, es tan puro mi sentimiento, que sin ti muero, tan desesperado es mi deseo, que pierdo la razón. Todos los días, en cualquier momento, dispuesto estoy a tus sabores, a tu aliento, a besar tus labios... degustar tu boca es mi sustento. Eres la pasión que me arrebata y me devora desde dentro.
Mi Esposa, mi Amiga y mi Amante, siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestro. Te amo.
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