miércoles, 13 de junio de 2012

ME SIENTO ORGULLOSO DE TI


Amada mía,
Te escribo hoy porque necesitaba decirte que me siento muy orgulloso de ti, que te admiro profundamente, más allá del amor que te tengo, te admiro, hoy más que nunca. Me di cuenta que estaba esperando a la persona perfecta, y tú me mostraste que es más fácil amar cuando se aprende a creer en la perfección de una persona imperfecta.
Siempre he sabido que eres un ser especial, alguien excepcional, y ayer me lo demostraste. No sabes cuánto valoro lo que hiciste anoche, el paso que diste, pese al dolor, pese a las fuertes emociones. No todo el mundo tiene esa valentía que demostraste, esa humildad, esa bondad, esa templanza… porque reconocer los propios errores, enfrentarse a ellos, asumirlos, pedir perdón a las personas lastimadas, aunque se hiciera sin maldad, no todo el mundo es capaz de hacerlo.
Ayer iniciamos juntos un viaje, ayer te acompañé a bajar a tus infiernos, a enfrentarte a tus demonios, a mirarte en un espejo que tal vez no querías ver, ayer, juntos  de la mano, emprendimos ese viaje a lo más recóndito de tu alma, un viaje traumático para iniciar una batalla contigo misma, una batalla terrible, de la que sé que, con la ayuda de Dios, saldrás victoriosa, resurgiendo cual ave Fénix de sus cenizas, renovada, para vivir en paz consigo misma.
Porque, mi vida, si no alcanzas la paz interior, si no te reconcilias contigo misma, nuestro amor se verá abocado al fracaso. Eres una gran mujer, eres capaz de perdonar cualquier ofensa, cualquier daño que te inflijan, pero tienes que aprender a perdonarte a ti misma… Tú sabes que Dios te ha perdonado, que Dios ha tachado tus errores en el libro de tu vida, porque te arrepientes de ellos, que en ese libro de tu vida, su dedo sanador ha escrito “borrado”… Si Dios te ha perdonado ¿quién es nadie para juzgarte y no perdonarte? ¿Quién eres tú para no perdonarte a ti misma?
Sé que la batalla no ha hecho más que empezar, que será dura, pero yo estaré a tu lado en todo momento, prometo no desfallecer, prometo ser ese brazo en el que te apoyes, ese hombro sobre el que llores, prometo darte palabras de aliento, prometo ser tu refugio cuando quieras huir… Sé también que será doloroso, porque en toda batalla hay vencedores y vencidos, y en esta batalla eres tú quien lucha contra ti misma, tú estás a ambos lados del frente, por eso, aunque salgas victoriosa, sé que tendrás heridas profundas, pero prometo darte todo mi amor como medicina sanadora.
Te amo mucho, mi vida, nunca lo olvides, tenlo siempre presente, y quiero que sepas que tanto como te amo, te admiro, como esposa, como amiga, como amante, como persona, como mujer, y también como madre, porque no todas las madres son capaces de enfrentarse a sus errores y desnudar su alma como hiciste anoche para pedir humildemente perdón.
Te amo, y me siento muy orgulloso de tenerte a mi lado, y ojalá sepa estar a la altura de esa gran mujer que eres, de ser el hombre que esperabas, de ser el esposo que mereces.
Te amo, y ojalá nunca dejes de amarme, porque si eso sucediera algún día, ese día yo abandonaría este mundo y dejaría de vivir, porque no puedo vivir sin ti, porque ya no sé vivir sin ti, porque me niego a vivir sin ti, porque por ti renunciaría a todo, hasta a mi vida, porque mi devoción por ti es tan absoluta, que te has convertido en el centro de mi universo.
Hoy quiero decirte, amor mío, que eres el ser que más respeto y admiro, y por eso te pido, con amor y vehemencia, que además de mi esposa seas mi amiga.
 Mi Esposa, mi Amiga y mi Amante, siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestro. Te amo, Ade.

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