Hoy declaras al mundo que estoy prisionero de tu mirada, tú que esclavizaste mi voluntad, hurtaste mis caricias, robaste mi virilidad, todo te lo di, el cuerpo, el alma, a cambio de libar el néctar de tu cuenco, a cambio de danzar con mi hombría en las profundidades de tu cuerpo, a cambio de lamer tu esencia, a cambio de besar tu boca.
Y hoy proclamas al viento
que soy todo tuyo. Acaso crees que habiéndome embriagado con tu cuerpo ¿deseo
ser de otra?
No me pidas, amor mío, que
olvide esas noches en las que tu cuerpo sobre el mío anidó entre gemidos.
Quiero seguir alimentándome en tus senos, saciando mi sed en tu cuerpo,
meciéndome entre tus suspiros, preso entre tus piernas.
Quiero morir amándote
hasta el último halo de vida, quiero morder tu cuello, arañar tu espalda, tirar
de tus cabellos… quiero gritar tu
nombre en el justo momento en que deposito en ti mi blanca hombría, en el
exacto instante en que entre espasmos me dueles entre goces.
Mi Esposa, mi Amiga y mi Amante, siempre tuyo, siempre mía, siempre
nuestro. Te amo.
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