Ayer te sentí tan plena al acariciarte y al
despertar tus sentidos aún dormidos… y en silencio sentí como tu mirada me
envolvía.
Te soñé, te sentí, te amé, sentí como tus
manos acariciaban mi cuerpo sin detenerse… y esta noche quiero más, más de
ti.
Que sea pleno este deseo, este fuego… hacerte
tan mía y estar tan dentro de ti, para que sientas mis caricias
lentamente en tu intimidad y enervar así mi deseo con gemidos de
placer.
Deseo que grites mi nombre, pidiéndome que no
me detenga, seguir amándote y que entre susurros escuches que eres mi deseo.
Está noche haré de tu cuerpo mi templo de
perdición y placer. No dejaré punto alguno sin tomar las delicias de tu ser.
Las vírgenes llorarán de envidia pidiendo a gritos estar en tu lugar.
Cabalgaré por tu cuerpo sin parar, hurgaré en
cada rincón clavando mis manos por toda tu piel hasta hacerte gritar.
Te amo, Ade, vida mía, te amo con toda la
fuerza de mi ser, te amo apasionadamente, y me entrego a ti, me abandono entre
tus brazos como tú te abandonas en los míos después de amarnos, después de
mezclar nuestro sudor, después de mezclar nuestra saliva, después de unir
nuestras almas y fundirlas en una sola.
Te amo para siempre, mi Ade eterna, mi amor
verdadero, llama inextinguible de un amor sublime que alumbrará nuestro camino
hasta la vida eterna.
Mi
Esposa, mi Amiga y mi Amante, siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestro. Te
amo
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