Lo eres todo para mí, eres mi gran Amor, la ilusión de
mi vida, la esperanza de mi existir.
Amada mía, te amo, no me canso de decírtelo, te amo
porque eres la razón de mi existir, te amo porque eres mi mayor alegría. El
consuelo de mi alma eres tú, mi dulce Ade.
Mi mayor riqueza eres tú. En ti encontré todo lo que
necesitaba tanto. Por ti doy mi vida, mi muerte.
Mi gran bendición eres tú. Conocerte fue como
encontrar un tesoro. Encontrarte fue la riqueza de mi vida. Lo único que pienso
desde ese momento eres tú, amada mía, mi amada Ade. Es el amor que te tengo lo
que me da fuerzas cada día.
¿Cómo no amarte? ¿Cómo no desearte? ¿Cómo no buscarte
si tú eres mi único tesoro… mi mayor riqueza… mi felicidad plena? Mi alegría es
encontrarte cada mañana al abrir los ojos… Mi alegría es alimentarme de tus
dulces besos, de tus tiernos abrazos, de tu delicado y sublime amor. Mi alegría
es saberte ahí acurrucada junto a mí. Mi alegría es saberte esperándome con ansias
cuando regreso a nuestro hogar.
Te amo y ¿cómo no amarte? si también tú me amas con
locura, si eres la niña de mis ojos, si soy tu desvelo y tú mi alegría. Si soy
la causa de tu pasión, de esta locura maravillosa que es amarnos.
¿Cómo no amarte si derramaste tus lágrimas por mí?
¿Cómo no amarte?.. ¡Oh, mi Ade!!... Si te has enfrentado a todos, hasta a
los más queridos, por causa mía, por amarme… por regalarme la bendición de
permitirme amarte cada día… sintiéndome amado por ti, mimado y consentido por tu
corazón de amante esposa. Por causa tuya,
amada mía, siento una explosión de alegría y gratitud en mi vida… jamás podré
pagar tanto bien porque nada merezco.
Nadie puede quitarme el orgullo de tenerte en mi
corazón, ese corazón que te pertenece sólo a ti.
Te amo… te amo… te amo y te amaré toda mi vida… te amo
y te amaré eternamente… he nacido para ti… y moriría por ti…
Mi Esposa, mi Amiga y mi Amante, siempre tuyo, siempre
mía, siempre nuestro. Te amo
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