Que ya no te escribo cartas de amor, me dices. Que no te dedico palabras, que no me salen versos, que no pienso en ti porque nada publico en nuestro blog. Que cómo es posible, me preguntas. Que por qué. Como si fuera un regalo que te niego.
Hace semanas se me enredó el tiempo en las pequeñas ramas del día a día y allí, desamparadas al viento, quedaron las palabras que pude escribir.
Pero de lo que no te das cuenta es que el regalo más grande te lo hago cada vez que cierro la boca y los ojos, y me niego el cerebro para no rimar letras y palabras, y cada noche escribo con mis manos en tu piel la frase perfecta, dibujo con mis dedos en tu espalda palabras imposibles jamás antes pronunciadas, la ensoñación salida de mis entrañas sólo para ti.
Ya no te escribo cartas de amor, pero te amo, vida mía, sabes que te amo de forma arrebatada, loca, escandalosa, sin discreción, sin medida. Te amo profundamente y a los cuatro vientos lo grito.
Mi Esposa, mi Amiga y mi Amante, siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestro. Te amo
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