Te intuía
cuando aún no te conocía
me salvaste
para que te rescatara
cuando
viviendo, de la vida huías.
Te guié para
que fueras tú mi guía
cuando un
puente tenebroso atravesabas;
fugitiva, de
ti misma escapabas
sin saber que
al final yo te encontraría.
En medio de
ese puente coincidimos
y el amor
nos envolvió en un instante
para
siempre, en esta vida y tras la muerte.
Por un
vínculo sagrado nos unimos
para ser más
que me amiga o que mi amante,
para ser mi
amada esposa eternamente.
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