Es extraño como
siento las lágrimas que aún no han salido, es extraño este nuevo sentimiento,
que simplemente me invita a escribir. No sé exactamente sobre qué estoy
escribiendo, solo intento, con estas líneas, no dejar salir esa gota de
angustia que martiriza mis entrañas y me retuerce el estómago cuando pienso en
la posibilidad de que algún día ya no estés a mi lado.
Vuelvo a sonreír.
Otro sentimiento, éste, tal vez, es un poco más agradable, porque la angustia
ha dejado el camino libre a la esperanza. La esperanza de que nunca te
separes de mí. La esperanza de envejecer juntos y expirar entre tus brazos. Esa
esperanza que hace que mis labios y mis ojos sean capaces de sonreír. Esta
estúpida sonrisa, no sé muy bien por qué... sí, lo sé, porque pienso en ti. Tú
has sido la causante de muchas de esas sonrisas sin pretenderlo, y lo eres
incluso cuando no estás. Es maravilloso pensar que te tengo cerca, y creo que
hasta puedo sentir un poquito de esa paz que había perdido. Y solo es un
recuerdo... cuanta paz emana de ti, cuanta paz desprendes con sólo una mirada,
una sonrisa, o una caricia... paz. Y no me extraña, porque tú eres ese pequeño
ángel particular que, no sé muy bien por qué, Dios envió para protegerme. Pero
eso no importa. Dios se dio cuenta hace cuarenta años que yo, un niño chiquito,
delicado, e inseguro, necesitaba protección, y te mandó a ti, mi ángel, a
protegerme. Creo que estás equivocada, porque creo que no soy digno de tu
protección, y aún así, sé que la necesito, no porque sea débil, sino porque al
estar a tu lado creo ser invencible. Supongo que es uno de los poderes que el
loco amor da a todos sus fieles seguidores, aunque también estoy seguro de que
nos da la locura, la ceguera, la inmadurez, la sorpresa y el entusiasmo. Porque
supongo que no puedo hacer otra cosa que estar en deuda contigo, porque te debo
mucho más de lo que tú crees, te debo la vida, sí, porque tú me has hecho
renacer a la vida con tu amor. Puede que sea Cupido... viejo chiflado el amor.
Pero te amo.
Mi Esposa, mi Amiga
y mi Amante, siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestro. Te amo.
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